….. al caminar asía la ducha pude notar el rebote de mis nuevos pechos, que aun que eran pequeños, al no llevar puesto el sostén daban pequeños rebotes con cada paso que daba, y al mirar así abajo por primera vez aprecie que poseía dos pequeños pero bien formados pechos, de esos que tanto me gustaba apreciar en las mujeres que veía pasar a mi lado cuando era hombre, de esos que aun que te caben en la palma de la mano se aprecian a simple vista ser bien firmes y estilizan la figura de cualquier mujer, me lleve mis manos así ellos y los presione levemente para confirmar lo que mis ojos veían, que tenía un par de buenos pechos, y aun que ya siendo hombre le había hecho el amor a este cuerpo no había notado esos pequeños detalles debido a las circunstancias del momento. Jugué un momento con ellos haciéndolos rebotar con mis manos, experimentando nuevas sensaciones y causando que mis pezones se pusieran duros y firmes, indicándome que nuevamente me estaba excitando, razón por la cual abrí la llave del agua ajustándola a como tenía la costumbre de hacerlo, y descubriendo que toda la piel del cuerpo de Ariel era muchas veces más sensible que la mía, razón por la cual muy pronto estaba temblando de frio y al cerrar un poco la llave sentía que me estaba quemando con el agua.
Cuando al fin encontré un punto intermedio, me relaje bajo el agua por unos instantes cerré mis ojos y deje que el agua fluyera, busque el jabón y al empecé a frotarlo en mi cuerpo, empezando en el abdomen, luego empecé a subir lentamente llegue a mis pechos, y los frote suavemente con el jabón y mis manos subí a mi cuello y empecé a bajar por los costados de mi nuevo cuerpo llegue a mis caderas y enjabone lo mas que pude mi espalda, luego mi trasero, agarrándolo fuertemente y hasta llegando a darme unas nalgadas, baje por mis piernas, y volví a subir, toda mi piel era muy suave y tersa, y no podía dejar de pensar en lo bien que se sentía, y sin darme cuenta me estaba seduciendo a mi mismo con caricias suaves y delicadas tal y como lo hacía con Paola cuando nos bañábamos juntos, era como si estuviera en otro mundo no escuchaba nada más que el agua caer y sentía como el agua corría por mi cuerpo y la sensación de mis manos y la espuma tocando todo mi cuerpo, era como si mi verdadero yo estuviera hay enjabonando mi nuevo cuerpo, seduciéndolo, como queriendo conseguir algo más que solo caricias, cuando llegue a mi entre pierna, estaba como aturdido y no sabía lo que pasaba, mi mente divagaba por todas las nuevas sensaciones y no existía nada más que el agua y yo. Empecé a enjabonar suavemente mi entre pierna, como si no quisiera tocar más que la superficie de mi nuevo sexo, tal y como lo hacía con Paola como jugando a no tocar y poco a poco fui haciendo más presión para que mis manos entraran entre los pliegue de mi vagina, llegando a rozar en múltiples ocasiones mi clítoris dándome como pequeños chispazos de placer, que aun así no me hacían entrar en razón, y conforme pasaba el tiempo los roces se hicieron más frecuentes y mas fuertes las sensaciones que experimentaba, empezaba a hacer presión con el jabón como queriéndolo meter en mi cuevita y esporádicamente introduciendo un dedo dentro de ella, y sacándolo rápidamente.
Dentro del letargo en el que me encontraba estaba deseoso de llegar al máximo placer femenino, cuando Paola toco la puerta del baño preguntando que si todo estaba bien que ya llevaba casi una hora en el baño, en cuanto pude reaccionar le respondí que todo estaba muy bien que no se preocupara, esto me hizo nuevamente entrar en razón y darme cuenta de lo que estaba a punto de hacer. Me apresure y lave mi cabello, lo cual fue un poco complicado y si no fuera porque ya lo había mojado, no lo habría lavado, me quite el jabón sin usar mis manos solo dejando que el agua fluyera, cerré la llave, tome la toalla y me seque rápidamente intentando no pensar en lo que sentía, pero era imposible hasta la toalla era más suave al tacto con mi piel. Cuando tome lo que en un inicio pensé era una tanga negra, me di cuenta que lo que había tomado era un hilo, un hilo de encaje simi-transparente muy sexy si lo viera puesto en otra mujer, pero… ahora era yo quien lo iba a llevar puesto, lo que me hizo sentir incomodo ya que nunca había usado uno, pero igual decidí probármelo, así que metí mis dos piernas y empecé a subirlo cuando llegue arriba, el hilo se me metió entre las dos nalgas, y al querer según yo acomodarlo jalando asía arriba cada vez más la prenda, me alcance a ver en un espejo y al ver la imagen me recordó las escenas de las películas donde las mujeres se visten lenta y sensualmente frete a los hombres, lo que hizo sentir muy sexy. La parte de enfrente del hilo era tan pequeña que apena cubría lo suficiente y hacia que una parte del hilo también entrara entre los labios de mi vagina, haciéndome sentir muy incomodo.
Finalmente tome la bata de dormir y cuando me disponía a colocármela note un pequeño chupetazo muy bien marcado en mi pecho izquierdo, hice memoria y recordé que en ningún momento yo lo había hecho, ni tampoco Ariel en el rato que estuvimos juntos, lo que me llevo a la conclusión de que Ariel había tenido relaciones con su novio justo el día de nuestro rapto, y con solo pensar que el pene de él estuvo dentro de mi cuerpo me dieron nauseas, me apresure a ponerme la bata, secar y envolver mi cabello en la toalla y me dirigí asía mi cuarto dispuesta a dormir y olvidar aquello que me estaba molestando.
Al llegar busque las cobijas acomode la cama, apague la luz y……………………..
CONTINUARA…